Carta del Superior General

Roma, 1 de enero del año 2007
N. 231/2006

Carta Circular
que da inicio al año de oración
por la beatificación del Padre Estanislao Papczyński
y a la preparación de la Congregación de los Padres Marianos
para la beatificación de nuestro Fundador

Queridos Hermanos,

La decisión positiva de la Asamblea Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos (14 de noviembre del año 2006) en relación al milagro realizado por intercesión de nuestro Fundador, el Padre Estanislao de Jesús y María Papczynski, nos llena de una gran esperanza de su pronta beatificación, tan esperada por nosotros. Hace casi 300 años el Siervo de Dios Padre Kazimierz Wyszynski escribió: Ya que nuestro Honorable Padre Fundador es innegablemente un santo, hay que dar comienzo lo más pronto posible a su proceso de beatificación. El Padre Kazimierz estaba tan profundamente convencido de la necesidad de beatificar al Padre Estanislao Papczynski, que en una inspiración profética dijo: Ya que apenas comenzando a gestionar la beatificación de nuestro Padre, Dios nuestro Señor nos bendice de tal manera, es necesario seguir adelante, y tendremos todavía más.

La historia muestra que cuando la Congregación se ocupaba de la persona del Padre Fundador y gestionaba su beatificación, experimentaba la bendición de Dios. Hoy la esperanza de la beatificación de nuestro Fundador es mayor que en cualquier otro tiempo pasado. Quisiéramos también nosotros sacar de esa fuente abundante de la bendición de Dios. Lo haremos sobre todo a través de unirnos en oración para pedir la gracia de la pronta beatificación de nuestro Fundador y también a través de prepararnos espiritualmente para este acontecimiento. La beatificación, cualquiera que sea el momento en que ocurra, será fructífera solamente si permitimos que ese mismo poder de la santidad de Cristo, que podemos ver en la vida de nuestro Fundador, se manifieste también en nuestra vida y haga de nosotros fieles testigos de Cristo y del Evangelio en el mundo contemporáneo.

Ante esto, invito a cada uno de los marianos y a todas las comunidades marianas en el mundo, a una intensa oración por la pronta beatificación del Padre Fundador y a meditar sobre su camino de fe y sobre la herencia que nos dejó a nosotros, sus hijos espirituales. Les encomiendo que desde el día 1 de enero del año 2007, y durante los siguientes 12 meses, en todas las comunidades de marianos en el mundo se realice el programa de la preparación espiritual para la beatificación del Padre Fundador que ha sido elaborado por la Comisión para la Beatificación. Les pido a todos los hermanos, en especial a los superiores, que pongan especial atención a las siguientes prácticas:

a) Día de recogimiento mensual – vigilias unidas a la adoración del Santísimo Sacramento, haciendo uso de textos bíblicos, documentos de la Iglesia acerca de la vida consagrada y escritos del Padre Estanislao Papczynski. Durante las comidas en el día de recogimiento, les pido que se lea la biografía del Padre Fundador y los escritos preparados acerca de él. Se trata de que cada día, durante todo el año, un grupo de comunidades de marianos en el mundo unidos en comunión espiritual, oren por la gracia de la pronta beatificación de nuestro Fundador, por una buena preparación para este acontecimiento y, finalmente, por una vivencia fructífera de la misma. Cada casa religiosa, en un día determinado del mes, tendrá su “turno de oración”. Estoy consciente de que pueden presentarse situaciones que exigirán que el día de recogimiento se lleve a cabo en otra fecha. Sin embargo, les pediría que no renuncien a los textos que corresponden a determinado mes.

b) Antes de la comida en común, lectura diaria de textos cortos del Padre Estanislao Papczynski acerca de la vida religiosa, que están dirigidos a los marianos. Escuchemos atentamente las palabras del Padre Fundador, quien nos hablará durante la lectura en común al estar sentados a la mesa, como también durante la meditación personal.

c) Lectura espiritual haciendo uso de los materiales asequibles acerca de nuestro Fundador, de nuestra espiritualidad y de nuestra historia, sobre todo de los textos del Siervo de Dios Kazimierz Wyszynski, reformador de la Congregación, y del beato Jorge Matulewicz-Matulaitis, renovador de la obra del Padre E. Papczynski.

Cada mariano y cada comunidad recibirá en corto tiempo una selección de materiales en forma de libro, titulado: Para que ustedes no permanezcan ociosos en la viña del Señor, para hacer uso de él durante el año de preparativos para la beatificación. En esta publicación se encontrarán, entre otros, materiales para el día de recogimiento de cada mes y una selección de pensamientos del Padre Papczynski acerca de la vida religiosa, de los que hice mención anteriormente. Esta publicación ha sido preparada por el Padre Andrzej Pakula y por todos los miembros de la Comisión para la Beatificación que él dirige. Agradezco de todo corazón al Padre Pakula y a todos los miembros de la Comisión que representa a la comunidad de marianos del mundo entero. He notado, con gran alegría, su empeño personal y su trabajo creativo.   

Antes de que los hermanos reciban este libro, lo cual sucederá, a más tardar, a finales de enero del próximo año, les envío, junto con esta carta, los materiales para el día de recogimiento y la lectura para leer durante el mes de enero cuando estemos a la mesa, para que en todas las comunidades podamos dar inicio a la oración y a la reflexión con el comienzo del nuevo año. Estos materiales, los escritos del Padre Papczynski y otros escritos acerca de él, estarán al acceso de todos en la página electrónica www.stanislawpapczynski.org, que empezará a funcionar el día 31 de diciembre del año 2006.

Confío en que la realización de este programa contribuirá no solamente a una buena preparación para la beatificación, sino que también renovará y vivificará la gracia de nuestra vocación religiosa y mariana. La santidad de nuestro Fundador es no tanto un motivo de orgullo para nosotros, sino un llamamiento a la conversión personal, a encontrar la fuente de nuestro carisma y a avanzar con paso seguro por el camino angosto que conduce a la vida eterna. Creo que nuestra obra en común, de oración y de reflexión, profundizará también la unidad de los marianos en el mundo entero, haciéndonos signos legibles del servicio a Cristo y a la Iglesia bajo la dirección de María, nuestra Madre Inmaculada.

Jan M. Rokosz, M.I.C.
Superior General